Hace un año todos hablábamos sobre el caso del Jardín Materno Infantil Tribilín y nos estremecíamos escuchando la grabación que había realizado un padre dejando un iPod prendido en la mochila de su hijita. Cientos de matrimonios jóvenes, madres trabajadoras, de todos los niveles socio económico culturales necesitan enviar a sus hijitos al jardín maternal o al jardín de infantes. Nuestro Municipio cuenta con 3 jardines maternales que funcionan sin la aprobación de la Dirección de Escuelas del Ministerio de Educación. Es muy difícil acceder y lograr una vacante. Las listas de espera son interminables. Ahora bien, no alcanza con decir que hay poca oferta o casi nula o que tal o cual gobierno, ciudad o sistema, son responsables por eso. “Para educar a un pequeño niño hace falta toda una aldea”-un refrán africano muy sabio así lo dice.- Por lo tanto, todos los actores de la sociedad tenemos que poner las barbas en remojo y trabajar de manera constructiva y creativa: los gobiernos municipales, provinciales y nacionales trayendo claridad a las normativas y requisitos que regulan la actividad educativa pública, de gestión privada o semipública que se contradicen y que son a veces casi imposibles de cumplir, los bancos que jamás otorgan crédito a los privados porque la educación es un negocio de alto riesgo, los legisladores que todavía no se deciden a trabajar sobre el Estatuto del docente de una buena vez-entre otros temas acuciantes y graves-, los padres que en general ven con muy malos ojos que sus hijos/as se dediquen a la docencia. El tema es muy complejo como vemos y mientras tanto nosotros seguimos cacareando y repartiendo culpas. Los más pequeños de nuestra sociedad necesitan que todos los adultos nos hagamos cargo de nuestra pequeña porción de responsabilidad en este tema, para que todos puedan disfrutar de la estimulación temprana y la socialización en ámbitos cuidados y seguros. Tribilín ya pasó, pero nada se solucionó. Es más, nunca más se supo nada. Es fundamental para el crecimiento y la vida en democracia que los ciudadanos nos involucremos en estos temas que hacen a nuestro presente y a nuestro futuro. Necesitamos esclarecidos sarmientos nuevamente.
Por Lucía Rojo – Orientadora familiar, abogada mediadora y directora de Red Consultora Educativa
Manuel Abella Nazar 